“LA NUEVA NORMALIDAD”

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La era de la desinfección post Coronavirus

La humanidad ha enfrentado varias pandemias a lo largo de la historia, en especial a partir de la creciente posibilidad de interconectarse entre poblaciones cada vez más distantes, fenómeno maximizado en nuestros días de globalización sin precedentes.

En épocas pasadas se atribuía a castigos divinos o a la “inevitabilidad” y se aceptaba de alguna forma la mortandad de millones de personas, incluyendo por ejemplo la mal llamada “gripe española” de principios del Siglo XX. Posteriormente, la aparición de las vacunas permitió mitigar los efectos de aquello que se consideraba inevitable y reducir así los afectados por estos virus que suelen aparecer de forma cíclica.

Ante tantos adelantos tecnológicos e investigaciones, nos cuesta creer que el Covid – 19, sea un virus que se combate en gran medida lavándose las manos y cubriéndose la boca y que haya contagiado a millones de personas, matado a miles y ralentizado a veces hasta la parálisis la economía de varios países.

Es el momento de aceptar con humildad las lecciones aprendidas para delinear el escenario post pandemia, la “nueva normalidad” y priorizar la necesidad de AGUA POTABLE como un aliado indiscutible en cuanto a medidas sanitarias.

Atendiendo a que la necesidad de acceso al agua potable es una derecho esencial e inalienable, que existen millones de personas sin garantía de este recurso, que el cambio climático amenaza cada vez más en restar fuentes de agua y que contar con ella es sinónimo de saneamiento; es obvio que deberá ser una prioridad de la agenda post pandemia por parte de las autoridades y gobiernos proveer agua segura y saneamiento a miles de millones que carecen de condiciones sanitarias dignas.

Según la OMS cada dólar invertido en saneamiento permite economizar 4 dólares en salud pública, lo que significa una asignación más eficiente de recursos, por lo general siempre escasos.

Teniendo como base estas premisas, la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, AIDIS – Argentina y la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, han convenido en ofrecer un taller, de acceso público y gratuito, en el que organizaciones líderes en el mercado de desalación, tratamiento y reúso de agua y efluentes darán a conocer los opciones para garantizar el saneamiento de efluentes y agua en torno la presencia de agentes patógenos y bacterias.

Las empresas participantes son: Atlantium, Toray y De Nora Water Technologies

Desinfección de agua y efluentes

Carlos Rivas de Atlantium indica que “yendo a la población servida, como tecnólogos en tratamientos de aguas estamos convocados a dar respuestas a un reclamo social como el de asegurar la desinfección del agua potable y los efluentes, eliminando bacterias y virus patógenos”.

Increíblemente, la desinfección de agua ha ocupado un capítulo menor en el diseño de plantas de tratamiento y lo que resultó un progreso extraordinario para la humanidad hace algo más de 100 años hoy es insuficiente ante el avance de los conocimientos y tecnologías disponibles.

Más aún, la legislación al respecto ya ha quedado obsoleta y requiere una mirada crítica de los actores relacionados con el tema. Destacó Rivas.

La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, EPA, ha incorporado entre las exigencias microbiológicas la ausencia de virus y protozoos que son “algo o muy” resistentes al cloro; a partir del “desastre de Milwakee” en 1993 en que la presencia de un parásito, el Cryptosporidium, un protozoo resistente al cloro, afectó a un 25% de la población (400.000 personas) y ocasionó 69 muertes.

En cambio, en Latinoamérica las legislaciones al respecto dejan vacíos en cuanto a los criterios sobre la presencia de bacterias, cerrándose a algunos tipos y dejando otros libres de barreras de desinfección.

Rivas señala que mucho más común es que lo mismo ocurra para desinfección de efluentes y agua para irrigación sin exigencias para virus en este caso no sólo en Argentina, sino en USA y Europa. Y que considerar que la eliminación de bacterias muy “frágiles” frente a la acción de los desinfectantes más comunes nos deja protegidos del resto de micro-organismos patógenos expone la poca atención prestada a garantizar la provisión de un agua micro-bilógicamente segura y/o evitar la contaminación de cursos de agua y suelos.

Tecnologías más eficientes para desinfección de agua y efluentes:

La notoriedad alcanzada por los virus abre un espacio para revisar y proponer con energía la aplicación de las mejores técnicas disponibles, lo que será el objetivo del taller mencionado.

Radiación UV (ATLANTIUM):

La radiación UV es conocida desde hace décadas por su eficiente acción germicida debido a que penetra en las células de los microorganismos y altera su información genética (ADN) inhibiendo funciones vitales, en especial la reproducción.

Esta tecnología es eficaz para proporcionar agua segura, de amplia utilización en actividades con las mayores exigencia microbiológicas: industria farmacéutica, de bebidas, alimenticia, acuicultura, etc. Se emplea como criterio para determinar un agua segura, proveer la dosis UV necesaria para remover 99,99 % de adenovirus, lo que hasta el presente ha mostrado ser protección suficiente frente a todos los patógenos conocidos, incluyendo la familia de coronavirus (Aprobado por la EPA / OMS).

Además, la Radición UV es ambientalmente amigable ya que no genera los “disinfection by products” o la necesidad de un tratamiento secundario para remover los residuos generados por el uso de productos desinfectantes; cada vez más regulados internacionalmente (OMS / EPA). A lo que añadimos que su operación y mantenimiento es sencillo; basta con un control de dosis que asegure confiabilidad de resultados tanto para pequeñas como medianas y grandes poblaciones.

Es menester señalar que como precauciones debe considerarse la necesidad de alimentar a los sistemas UV con agua con bajo contenido de sólidos en suspensión y partículas menores a 10 micrones, ya que de no ser así las mismas actúan como escudo protector de los microorganismos.

Añadimos que como no cuenta con poder desinfectante residual, para el caso de redes de distribución de agua se emplea un esquema mixto, con una pequeña dosis de cloro para proteger el agua hasta el punto de uso, criterio cada vez más empleado aún para grandes ciudades (ejemplo New York)

Desinfección con cloro: Generación de Hipoclorito de Sodio in situ (DE NORA WATER TECHNOLOGIES)

El método sin duda más convencional para un tratamiento de desinfección es el uso del cloro. Las grandes instalaciones de agua potable y saneamiento comúnmente utilizan el cloro en estado gaseoso (dióxido de cloro) en principio por razones operativas (costo de transporte, almacenamiento) teniendo en cuenta los riesgos que ello implica. Otras instalaciones de menor envergadura utilizan el cloro en estado líquido (hipoclorito de sodio).

Una modalidad alternativa y con creciente aplicación en los últimos 20 años es la generación del hipoclorito de sodio in situ a partir de un proceso de electrolisis de la salmuera (sal + agua). Es decir, el producto desinfectante se fabrica en la misma instalación a partir de sal, cloruro de sodio (económico, mucha oferta, fácil de almacenar, sin riesgos mayores). Esto disminuye significativamente los riesgos de transporte, almacenamiento (no se requieren medidas de seguridad) y operativos.

Con el crecimiento de los centros urbanos, muchas plantas potabilizadoras han sido abarcadas por el ejido urbano razón por la cual la seguridad sanitaria ha tomado un lugar de relevancia incluyendo también como la seguridad operativa.

Asimismo, realizando una variación en el proceso de electrolisis es también factible la producción de hipoclorito de sodio y otros oxidantes fuertes generando la ventaja adicional de eliminar biofilm en las cañerías de distribución entre otras virtudes. Haciendo referencia a lo comentado en este artículo, la concentración y tipo de producto generado disminuye la de generación de “disinfection by product”.

Membranas de ultrafiltración (UF), (TORAY):

La tecnología de membranas durante años fue utilizada en los procesos industriales de alimentos, bebidas, químicos etc, pero justo con la ocurrencia del “desastre de Milwakee” las aplicaciones para tratamiento de efluente y principalmente para agua potable se han impulsado a gran escala.

La ultrafiltración (UF) es una membrana de filtración que hace la separación liquido – solido por exclusión del tamaño de poro, lo que sucede a través de un diferencial de presión. Su porosidad es una barrera física para todos los sólidos suspendido (hasta 0,001mm) teniendo la capacidad de remoción de 99,9999% de bacterias y 99,99% de virus.

Además de su eficiencia en la calidad de agua tratada alcanzando las exigencias de protección de la salud pública; con los años y su amplío uso, los precios de las membranas se han reducido drásticamente incluso sus costos operacionales, trayendo la viabilidad económica y reducción de la utilización de químicos, convirtiéndose en una alternativa amigable con el ambiente.

Estas tres tecnologías, su aplicación, alcance, beneficios y limitaciones serán presentadas en este TALLER DE DESINFECCIÓN AIDIS – ALADYR, que se realizará este 15 de julio en formato online.