ALADYR: declarar el agua desalada como bien de uso público sería incompatible con fomentar la desalación

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Representantes de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, declararon que para llevar más agua desalada a las poblaciones que la necesitan se debe incentivar al sector privado y no inhibirlo de hacer inversiones

Prensa ALADYR – Según representantes de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, si el objetivo es que las personas puedan consumir agua de mar como sostienen los parlamentarios, entonces declarar el agua desalinizada como bien de uso público es un contrasentido porque inhibiría la inversión privada necesaria para el crecimiento de la capacidad instalada.

Declararon que la regulación de la desalación es una iniciativa “muy necesaria” pero que debe estar orientada al fomento de inversiones y la participación de los sectores público y privado para la masificación de esta alternativa que resulta fundamental para garantizar la seguridad hídrica de forma sostenible.

Los especialistas de la Asociación calificaron de un “gran avance” el hecho de que exista consenso sobre la desalinización de agua de mar como herramienta para abastecer de agua potable a las comunidades más necesitadas del país pero que las condiciones impuestas por el cambio climático requieren un mayor incremento en la producción del recurso y que para esto es imprescindible dotar de certezas al sector privado.

José Ignacio Zaldivar, representante para asuntos legales de ALADYR, expresó entender que el espíritu del legislador para declarar el agua desalada como bien de uso público es tratar de asimilar la desalación a la situación existente respecto de las fuentes de agua dulce continentales. Sin embargo, opina que se trata de dos realidades “muy distintas” que no pueden ser equiparadas.

“El agua desalada es un producto industrial, no se encuentra en la naturaleza. Para producirla es necesario incurrir en procesos y costos.  Pretender atribuirle el carácter de bien nacional de uso público es como decir que el agua embotellada es un bien de uso público y que por tanto no puede comercializarse”. Adicionalmente, resaltó que no se puede dar al agua de mar el mismo trato que a las provenientes de fuentes continentales porque, mientras la última es escasa en Chile, la primera es prácticamente inagotable.

En esta misma línea, acotó que tampoco parece razonable limitar el uso del agua desalada exclusivamente a las necesidades del titular del proyecto y en las cantidades solicitadas por él, obligándolo a restituir los excedentes al acuífero, como propone el proyecto de ley actualmente en trámite en el Congreso (Boletín 11.608).

“Esta medida atenta contra las plantas multipropósito, que permiten a pequeños y medianos consumidores de agua a acceder a menores costos derivados de las economías de escala de las plantas de mayor tamaño”, precisó.

Zaldívar señaló que el objetivo fundamental a abocarse es dar lineamientos que estimulen la inversión pública y privada en nuevas fuentes de agua, tales como la desalación, de acuerdo con los ejes temáticos establecidos por la Mesa Nacional del Agua en su primer informe, para lo cual el proyecto de ley debiera incluir medidas de fomento que van desde el fortalecimiento institucional, un uso eficiente del territorio (en especial de la franja costera) y la creación de incentivos tributarios para estas alternativas tecnológicas, materias que no han sido abordadas aún.

El impacto de la salmuera

Ivo Radic, representante de ALADYR para Chile, dijo que la Asociación está a disposición de sumarse a la Estrategia Nacional de Desalinización para asesorarla en lo que respecta a la vertido de la salmuera, la cual es un subproducto de la desalación que consiste en agua de mar con una mayor concentración de sal que la extraída.

Precisó que estudios y observaciones llevados a cabo desde Medio Oriente hasta Chile, evidencian que el impacto de ésta se limita a las áreas de descarga y que con el diseño adecuado de difusores se puede llegar a que no existan modificaciones en la salinidad a pocos metros de los puntos de devolución.

“En ALADYR contamos y se pone a su disposición (de las autoridades chilenas) la experiencia y referencias reales de muchos proyectos de desalación bien diseñados, tanto en Chile como en países que lideran en desalación, en los cuales se ha demostrado que pueden ser compatibles con el entorno en que se implementan” añadió. Por último, Radic reiteró que “es muy favorable que los legisladores vean a la desalación como una nueva fuente para enfrentar a la sequía” y que para ello ALADYR coloca todo su expertise internacional en función de generar las normativas que permitan una mayor colaboración entre los sectores público y privado al tiempo que se procura lo mejor para el medio ambiente.