Instituto Tecnológico de Canarias: Energías Renovables y Desalación

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Este dúo (DESAL + EERR) tiene una relación con experiencia en sistemas a pequeña escala pero con un gran potencial para la aplicación industrial que está en pleno desarrollo. El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) y ALADYR te dan la oportunidad de conocer más de esta tendencia sustentable en aumento.

La planta desaladora de Soslaires Canarias, S.L. produce exclusivamente para uso agrícola

A pesar que desde tiempos de Platón y Aristóteles se habla de desalación por evaporación causada por el sol, no es sino hasta hace menos de cuarenta años que esta alternativa se considera a escala industrial con un crecimiento paulatino; pero la tecnología abre nuevos horizontes y se propone superar retos para ganarse espacios en el mercado.

Baltasar Peñate Suárez, Jefe del Departamento de Agua del Instituto Tecnológico de Canarias, tiene una larga trayectoria de investigación para procurar que las energías renovables (EERR) aplicadas a la desalación alcancen el nivel de eficiencia necesario para hacerse competitivas.

El mundo cuenta con una capacidad de desalación instalada que supera los 70 millones metros cúbicos al día. De ellos, sólo el 1% está vinculado a las energías renovables. La ósmosis inversa es la tecnología de desalación que lidera estos esfuerzos de vinculación con un 62% de los proyectos.Respecto a las energías, es la fotovoltaica la que más combinaciones con un 43%.

Es conocido que la desalación como alternativa para procurar agua potable e industrial compite, a pesar de su sustentabilidad, con la casi gratuidad de la extracción de fuentes naturales de agua dulce. En este sentido también puede marcarse un paralelismo entre las EERR y la generación convencional de energía aplicada a la desalación, dado que las instalaciones alimentadas por energías convencionales tienen un costo inicial menor (por ahora).

Según el experto, actualmente la desalación tiene un gran reto ambiental signado por la salmuera y la huella de carbono. “Hablamos de una tecnología altamente consumidora de energía que históricamente ha consumido energía fósil” dijo. No obstante, añadió que esta tecnología (desalación) tiene una ventaja que la diferencia de muchos otros procesos industriales y se trata de la modularidad. “Podemos hacer que la desalación se adapte a las energías disponibles en el lugar y almacenar el agua desalada para cuando no haya disponibilidad de esta fuente”.

Peñate considera que el panorama para las renovables es prometedor tanto porque las condiciones ambientales así lo demandan como porque ante una eventual escasez y mayor precio de los combustibles fósiles, estas alternativas se irán posicionando en el mercado energético como la opción más viable.

Asomó proyectos “utópicos” para aprovechar las energías solar, eólica y mareomotriz a partir de plataformas móviles que pueden desplazarse en el mar y ubicarse donde se les necesite. Se trata de grandes embarcaciones y plataformas que hacen soñar con un futuro promisorio. Sin embargo, reiteró, la realidad actual es que la desalación con energías renovables se está desarrollando a muy pequeña escala y que su aplicación industrial es relativamente nueva.

Existen muchas alternativas de generación energética renovable vinculables a la desalación según su requerimiento, que puede ser térmico (evaporación súbita multietapa) o eléctrico (ósmosis inversa). Entre ellas están la solar térmica, solar fotovoltaica, eólica, geotérmica, biomasa y mareomotriz.

Resaltó que afortunadamente el sol y el viento suelen estar presentes en los lugares de mayor estrés hídrico y que las tecnologías que aprovechan la fuerza del oleaje aún tienen un potencial por desarrollar. “Las EERR térmicas son, quizás, las más desarrolladas. Las que aprovechan la radiación solar tienen una ventaja competitiva respecto a la eólica. El biogás y la de calor geotérmico están presentes pero no ha habido una clara apuesta de vincularlas a la desalación. Pero, enfatizó “lo que es verdad es que en los procesos industriales donde se maneje calor, se pueden aprovechar los excedentes para desalar”.

Por otro lado, existe la posibilidad de que una desaladora (normalmente de mediana o alta capacidad) alimentada por EERR se combine con la red eléctrica convencional para asegurar la continuidad de su operatividad. De hecho, en este caso, el excedente de energía generada puede venderse y dar dividendos pero el gran reto de esta opción radica en lo normativo.

Respecto a aquellas desaladoras, que suelen ser pequeñas, que son en su totalidad independientes de la red de energía el reto se concentra en la inversión inicial y en que requieren un sistema de control para optimizar el aprovechamiento del recurso energético.

“En ambos casos no existe una legislación clara para la aplicación de renovables a la desalación. Para la opción combinada con la red eléctrica existen dos conceptos importantes: el autoconsumo, que consiste en aprovechar las renovables y el resto inyectarlo a red; y balance neto, que es una figura que permite postergar las cuentas al final del año de facturación y hacer un balance entre lo consumido y aportado”, explicó.

Retos:

•Desalinización y EERR en dimensiones industriales aún tiene que competir con costos subvencionados de combustibles fósiles en muchas partes y por ahora no se percibe apoyo significativo de las entidades financieras para este tipo de proyectos y esto sucede a pesar de que se tengan como nicho de I+D clave para el desarrollo en el futuro próximo. De nuevo, acá las grandes limitaciones son legales. “Hay un aspecto técnico que debe avanzar al marco jurídico”.

•La pequeña escala está completamente madurada y empero de que en ocasiones compite en desventaja con el diésel, encuentra su viabilidad cuando se toma en cuenta el suministro de combustible vs la vida útil de estas instalaciones que suele ser de 15 a 20 años. Masdar (Dubai) es uno de los epicentros mundiales de innovación para EERR + Desalación

•En los sistemas conectados a la red es clave el almacenamiento de agua para aprovechar la energía disponible y hay que tener un sistema de control muy específico para maximizar el agua producida. Otro reto importante en este sentido está en obtener rédito económico del excedente de energía.

•La recomendación para los sistemas aislados es la de pensar en sistemas simples y robustos adaptados a las necesidades y posibilidades de cada contexto, además de involucrar a las comunidades en las alternativas para su aceptación y protección.

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